jueves, 5 de junio de 2014

Contra la democracia III

Cuando un producto no cumple las especificaciones anunciadas en su etiqueta, se le sanciona y se le obliga a informar de forma correcta, ¿no debería hacerse lo mismo con un partido político, que a bombo y platillo anuncia un programa mucho mejor que el de los partidos rivales, y una vez que han ganado hacen todo lo contrario? No me parece de recibo cambiar el programa a causa de la situación que se encuentran, eso es tanto como admitir que no tenían ni idea de donde se metían, si la situación que se encuentran no les permite cumplir con su programa, lo que se debería es convocar nuevas elecciones ofreciendo un nuevo programa realizable, pero eso es una cuestión de ética, y esa es una asignatura que parece ser no se contempla en ningún programa de estudios para políticos. Pero no es la ética lo que ahora estoy abordando, las masas dan el anonimato suficiente para que los más exaltados, cometan todo tipo de barbaridades, igual que el anonimato del voto, quince días después de que el Sr. Rajoy fuera proclamado presidente del Gobierno de España, pocas personas admitían haberlo votado y con el paso del tiempo cada vez menos, incluso hay los que se hacen los sorprendidos, como si la política que está aplicando fuera una sorpresa, pero lo más triste, es que las encuestas les siguen dando ganadores. Dicen que se aprende de la experiencia, pero para los temas de masas no funciona así, la masa es demasiado inestable, el estornino más tonto, inicia un giro y el resto le sigue al unísono. Un ejercito tiene un líder, bueno o malo, pero la masa solo se mueve de aquí para allá sin más, máxime cuando esa masa es gregaria, cual lemmings capaces de tirarse por un barranco solo porque los demás lo hacen. Esta situación solo se soluciona con educación, cultura, formación, de ahí el gran interés de todos los gobiernos para controlar la educación de los ciudadanos, para adoctrinarlos e impedir que sean capaces de desarrollar un criterio propio y más aun un punto de vista critico, capaces de exigir una explicación, de ahí también la connivencia con la “tele basura”, saben que eso aliena a los ciudadanos, resta importancia a lo importante y encumbra las cuestiones banales, no hay más que ver a la “Princesa del Pueblo” ese esperpento ofende a las monarquías y al pueblo, pero ni las monarquías reclaman su exclusividad, ni el pueblo la pone en su sitio, en un circo. Muestra de la tolerancia de los gobiernos con la “tele basura” es la permisividad a periodistas y tertulianos, cuando un medico comete un error grave, o reiterado de menor importancia, se le retira de la profesión, por el contrario, cuando un periodista o tertuliano dice una barbaridad, lejos de retirarle de la profesión, sube su “cache”, como mucho le ponen una pequeña multa que a su vez solo sirve para poder hablar más de la tontería difundida, sirva de ejemplo el Sr. Eduardo García Serrano, que se atrevió a llamar zorra a toda una “Consellera” de sanidad, y sigue en la televisión.