Llegadas estas fechas navideñas, tradición y nuevos hábitos se enfrentan, ¿Qué es lo correcto?, ciertamente las tradiciones deben conservarse, forman parte del bagaje cultural de un pueblo.
No obstante, si miramos un poco a nuestro alrededor, podemos encontrarnos tradiciones realmente difíciles de entender, sirva de ejemplo la ablación del clítoris en ciertos pueblos de Africa, por lo que, llegados a este punto, no estaría de más revisar esas tradiciones de una forma objetiva.
A mi, me toco revisarlo cuando mi hijo mayor tenia año y medio, esas eran sus primeras navidades, de las que podría llegar a recordar y marcar el camino.
Mi punto de vista era inflexible, A LOS NIÑOS NO SE LES CUENTAN MENTIRAS, así que ya había decidido que los niños eran paridos por sus madres y no venían de Paris, y llegado al punto de los Reyes lo tenía igual de claro, no obstante, lo discutí con la medre del niño y todo eso de la fantasía, la ilusión, la magia y demás argumentos tomaron fuerza, ahora bien, Reyes o Papa Nöel, puestos a MENTIR, había que hacerlo de la forma menos perjudicial, así que empezamos a buscar argumentos para decantar la balanza, y estos fueron los siguientes:
• Los niños toman las vacaciones de invierno sobre el 21 / 22 de diciembre.
• Lo normal es que se aburran en casa.
• El aburrimiento conlleva un comportamiento que pone a prueba la paciencia de los padres, por lo que estos CHANTAGEAN de forma descarada, “O te portas bien, o no te van a traer nada”, esto es CHANTAGE EMOCIONAL DEL DURO y por lo tanto inadmisible, al mismo tiempo que inevitable.
• Justo, cuando las vacaciones de invierno tocan a su fin, el día 6 de enero llegan los Reyes, día de infarto, no les da tiempo a asimilar todo lo que los niños (de nuestra sociedad) llegan a recibir en un día, y al siguiente al “cole” personalmente me parece CRUEL, juguetes sin ni desprecintar, se guardan sobre los armarios.
• En contra partida, Papa Nöel viene la noche del 24, justo poco después de iniciar las vacaciones, por lo que los padres no disponen de tiempo para hacer chantaje emocional, por otro lado tampoco es tan necesario, los niños están entretenidos con sus nuevas adquisiciones y disponen de más de diez días para disfrutarlas.
• Finalizadas las vacaciones, se da la circunstancia, que más de un juguete ya se ha roto, por lo que no se hace necesario tener que guardarlo.
Con este argumentario nos decantamos por Papa Nöel y mi recompensa, no fue la ilusión de los niños, que la había, sino el entusiasmo con que mis hijos mayores, a medida que iban descubriendo el engaño, pasaban a participar en el montaje, tratando de satisfacer a los más pequeños.
En cuanto a lo de la ilusión, los niños son eso, niños, y les hace ilusión cualquier regalo, lo haga quien lo haga, sean los Reyes, Papa Nöel, el Olenchero o el tío del saco si este trae regalos, en ese sentido y para acabar de adobar la ensalada, mis suegros y abuelos de los niños eran Testigos de Jehová y por tanto no podían participar en estas fiestas, por lo que mi suegro instauro “El regalo de fin de curso” y el solo se encargaba de calentar el ambiente, preguntando a mediados de mayo que iban a querer de regalo ese año, si se lo merecían con las notas, etc. Una vez acabado el curso, y con las notas por delante, los recogía y se los llevaba a la tienda o tiendas donde iba comprando los distintos regalos.
Puedo asegurar que a los niños, este rito les hacía tanta ilusión como la Navidad.
Pretender “vender” cristianidad con el tema de la adoración de los Magos me parece muy poco cristiano, el cristianismo se supone que es universal, y el mismo Jesús expulso a los mercaderes del templo, lo de los regalos no cabe la menor duda de que se trata simple y llanamente de consumismo y es la fiesta de los mercaderes, que una vez más se han establecido en el templo para vender sus productos al amparo del “Padre” y ahí queda ese dilema, …y tu ¿Qué opinas?
