jueves, 11 de octubre de 2012

Apreciado Sr. Wert

Españolizar a los niños catalanes. En mi costumbre de llevar la contraria, hoy que todas las fuerzas vivas (salvo el PP) critican ferozmente al Sr. Wert, voy yo y opino que algo de razón tiene. Lo que le pasa es que, ni es el momento, ni la forma, ni el sitio de decirlo. Puestos a españolizar, creo que se debería empezar por los españoles, los cuales, salvo de su gloriosa selección de fútbol, (desde que pasa de cuartos) y sus festejos taurinos de dudosa gloria, no se sienten orgullosos de nada que sea español y siempre se ha creído que lo bueno, lo bueno de verdad, empieza pasado los Pirineos. Es el conocido y lamentable complejo de inferioridad, deberíamos aprender de los franceses y cultivar el chauvinismo. No me cabe duda de que existen buenas razones para sentirse orgulloso de ser catalán, gallego o español, el problema es que nuestros amados líderes se empeñan en que nos sintamos orgullosos de cosas erróneas o banales como la selección de “furbol” tener más kilómetros de alta velocidad que Francia, tener más aeropuertos que Alemania, más campos de golf que Inglaterra o más kilómetros de costa urbanizada que las naciones antes citadas, mientras los ciudadanos nos avergonzamos de los trajes de los políticos, los yernos caraduras o los adorables viejecitos que saquean los fondos de las fundaciones, financiando al partido de turno en el poder para que hagan la vista gorda. Durante cuarenta años un Sr. llamado Francisco, se empeño en que nos sintiéramos orgullosos de haber cristianizado a los salvajes de Sudamérica, hasta que Werner Herzog nos hizo sentir vergüenza con su película “Aguirre, la cólera de Dios”, (que por cierro no era Esperanza). En fin Sr. Wert, yo me dejo españolizar, carezco de complejo de inferioridad, eso si, déme unos buenos argumentos.