viernes, 28 de septiembre de 2012

Democracia o Dictadura

A consecuencia de la convocatoria de manifestación en Madrid, en protesta por las políticas del gobierno, son muchas las tonterías que se han dicho, la manipulación de la percepción de la realidad es realmente vergonzante. Pero de todo lo que he oído, hay una de esas verdades subjetivas que me ha llamado poderosamente la atención, en boca de la vicepresidenta Sra. Soraya Sainz de Santamaría. Es el hecho de que el Congreso de los Diputados es la legítima representación del pueblo soberano. Hasta ahí, una verdad como un templo y por lo tanto los que pretenden disolver las Cortes, son unos bolcheviques, golpistas y un sin fin más de descalificaciones. Pero vamos a analizarlo un poco. Las declaraciones de esta señora, por más de Perogrullo que sean, son una ofensa a la inteligencia de ese pueblo soberano al que dice representar. El partido en el gobierno, es cierto que ha conseguido una mayoría de votos, pero ¿Cómo ha conseguido estos votos?, tal vez se creen que los españolitos somos tontos, y que votamos un color o un partido sin la más mínima reflexión, como borregos. Se supone, que previo a las elecciones, los partidos políticos han expuesto un “programa electoral” que llevarían a cabo al ganar las elecciones. Hay que distinguir, cuando un partido político no alcanza sus objetivos estando en el gobierno, sencillamente puede ser un fracaso, pero cuando sistemáticamente pone en practica todo lo contrario de lo que ha sido su programa electoral hay que empezar a cuestionar la legitimidad de ese gobierno, pues no cabe duda de que está traicionando la confianza que los electores le han depositado, a la vista de este primer argumento se puede afirmar de forma contundente, que en el Partido Popular son unos TRAIDORES. Los partidos políticos (TODOS), dada la absoluta falta de rigor y el bajo nivel de exigencia, han trastocado las campañas electorales, por simples campañas publicitarias, donde todos “lavan más blanco”, de hecho las campañas publicitarias tienen un mayor control y exigencia, la publicidad engañosa es sancionada, se determina que datos son los que obligatoriamente deben figurar en el etiquetado, demostrar que lo que prometen es cierto, etc. Sin embargo en las campañas electorales todo vale, tal vez la más sincera era la del Sr. Aznar “Váyase Sr. González” era el único argumento sincero. De la campaña del Sr. Rajoy, nunca lo dijo abiertamente, pero se desprendía que su eslogan era “Ahora me toca a mí” Sin dar nada a cambio, pero lleno su discurso de promesas grandilocuentes haciendo suyo el refrán de “Prometer, prometer hasta meter, y después de haber metido, nada de lo prometido”, pues bien, nos la ha metido … ¿y ahora que? Si el ejecutivo tuviera un mínimo de ética (palabra que al parecer carece de sentido) admitiría la verdad, una de dos, nos han mentido o se han equivocado (seré benévolo y dejare la dudada) y a partir de ahí disolvería la Cámara y convocaría nuevas elecciones, presentando un programa ajustado a la realidad. Entonces si tendrían la representación del pueblo soberano. En la situación actual, se puede afirmar que han conseguido los votos para un programa que están incapacitados para llevar a cabo, por lo que de forma consciente o no (sigue el margen de duda) han ROBADO los votos a los ciudadanos, tienen los votos, pero no nuestra representación. Pretender abolir la Constitución, tal vez sea demasiado fuerte, pero si sería exigible, que se modificara de manera que se estableciera que, el Partido que incumple un punto del programa, se sometiera a una moción de censura, sin disciplina de partido en la votación, (eso de la disciplina de voto también se debería revisar, aunque, en listas cerradas tiene su lógica), pero el incumplimiento de dos puntos del programa debería llevar implícito la automática disolución del Parlamento y convocatoria de nuevas elecciones. Estos políticos, nos consideran unos débiles mentales y que por “nuestro bien” hacen lo que tienen que hacer aunque nos duela, olvidan que no son nuestros padres, sino unos trabajadores asalariados generosamente, que trabajan para nosotros y se debería poder aplicar la “Reforma Laboral” recordando, que no es el trabajador el que decide si su trabajo es bueno o malo, sino que es el que paga el sueldo el que lo decide, en este caso el pueblo soberano. Creo que con estos argumentos, con independencia del número de manifestantes en las protestas, se debería disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones.